12 de marzo de 2015

El proyecto PEAR



Siempre he escuchado hablar acerca de si existe o no la posibilidad de alterar el comportamiento de diferentes objetos o sistemas, empleando únicamente el pensamiento.
En este caso, me gustaría hablar del trabajo de un grupo de investigadores, que dedicaron casi 30 años a investigar este tipo de fenómenos desde el punto de vista científico.

Durante los años 1979 a 2007, el Profesor Robert G. Jahn dirigió en la universidad de Princeton, un laboratorio de investigación científica para determinar si la mente humana podía o no alterar diferentes sistemas en el mundo físico, este proyecto fue conocido como PEAR (Princeton Engineering Anomalies Research) se considera uno de los estudios más serios y extensos realizados sobre el tema hasta la fecha. En el PEAR, se realizaron millones experimentos con dispositivos mecánicos, electrónicos, ópticos, acústicos, y de fluidos, para determinar de que manera la atención enfocada de los operadores humanos podía llegar a alterar el desarrollo de diferentes secuencias aleatorias. Por ejemplo, al lanzar una moneda, existe una probabilidad del 50% de que caiga cara o y un 50% de que sea cruz, y en los experimentos los participantes intentaban influir en los resultados, para ver si se observaba alguna anomalía estadística.


En los datos obtenidos, bajo condiciones rigurosamente controladas en el laboratorio, se observó la existencia del efecto de la conciencia sobre los diversos sistemas. Estos efectos eran muy pequeños, pero demostrables y estadísticamente significativos. Los resultados del los mismos se encuentran publicados en "Correlations of Random Binary Sequences with Pre-Stated Operator Intention" y en "The PEAR Proposition."

Llama la atención ver que cuando los operadores eran por ejemplo dos personas con la misma intención, se vieran en los experimentos mayores anomalías, sobre todo cuando estas personas tenían un vínculo emocional. Esas anomalías mostraban más desviaciones en ambientes de resonancia subjetiva como: pequeños grupos íntimos, grupos de rituales, lugares sagrados, lugares de ejecución de músicos o teatros, y en otros lugares de intensidad creativa y subjetiva. En contraste, en los ambientes más pragmáticos como durante conferencias académicas o reuniones de negocios, arrojaban menos desviación en los resultados, los cuales se atribuyen directamente al azar. (Ver FieldREG II: Consciousness Field Effects: Replications and Explorations).

En otro tipo de experimentos, se investigó sobre la habilidad de los participantes de obtener información espacial y temporal sobre otros participantes remotos ubicados geográficamente distantes. El protocolo requería que un participante era llevado a un lugar escogido al azar en un momento también escogido al azar, y se le pedía que observara y se grabara impresiones del ambiente en el que se. Un segundo participante, situado lejos de esa locación, y sin información previa de ningún tipo, intentara hacer una descripción de lo que percibía el otro participante.
Los experimentos (cerca de 650) revelaron coincidencias significativas en los aspectos generales, indicando la existencia de un canal anómalo por el cual se obtenía dicha información. Se desarrollaron técnicas analíticas investigando la cantidad y calidad de la información recibida (tanto objetiva como subjetiva), para guiar el desarrollo de futuros experimentos. Los análisis demostraron que la conciencia humana tiene la capacidad de recibir información independientemente de la distancia, y el tiempo de separación entre los participantes de los experimentos. (Ver Information and Uncertainty in Remote Perception Research)

Luego de 28 años, al cierre de las puertas del laboratorio, el Profesor Jahn declaró al New York Times: "Si después de todos los resultados obtenidos la gente no confía en nosotros, entonces nunca lo conseguiremos".
Seguramente parte de las razones del cierre se deban, a la edad del Profesor Jahn, y a las presiones externas, ya que los “escépticos” han visto estas investigaciones como una “amenaza” que intenta obtener pruebas de la existencia de este tipo de fenómenos, y han catalogado el trabajo de todos estos años como pseudos-ciencia.

En la página del PEAR, se anuncia que el laboratorio no desaparecerá del todo, ya que se integrará, aunque ya fuera de la Universidad, a una asociación sin fines de lucro (Laboratorio Internacional para Investigación de la Conciencia “ICRL”), el cual sigue una línea de investigación seria y depurada.

Otra actividad relacionada, es el Proyecto de la Consciencia Global (The Global Consciousness Project), el cual se basa en medir las fluctuaciones de dispositivos que se encuentran por todo el mundo, y ver su relación con diferentes acontecimientos mundiales. Según estos estudios, por ejemplo, horas antes de que los aviones se estrellaran el 11 de septiembre contra el WTC, se detectó una anomalía en los valores obtenidos por los dispositivos respecto a los valores estadísticos.

Además de todo esto, hay empresas dedicadas a fabricar dispositivos que según dicen "muestran" la interacción mente-materia de diversas maneras,como estas lámparas que cambian de color o estos dispositivos y software "Psyleron".

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